domingo, 7 de agosto de 2011

Milagro de la Virgen del Valle de Catamarca


La historia del nacimiento de mi  hermanita es muy particular, tanto que mi mami lamenta no haberse dado cuenta en el momento y llamarla Milagros de nombre, a cambio de eso, le dice cariñosa y habitualmente "mi milagrito".
 Es que le costó mucho a mi mamá que llegara ya que perdió dos embarazos antes de tenerla y había llegado a un punto del tratamiento que se estaba haciendo en que el médico le dijo que ella no iba a poder tener más chicos porque se había vuelto infértil porque tenía matriz fibromatosa. Mis papis se amargaron mucho con ese diagnóstico.
 Les cuento, después de haber nacido yo y cuando ya tenía tres añitos mi mamá y mi papá decidieron tener otro bebé, pero tristemente mi mi mami lo perdió a casi tres meses de gestación. Me lo tuvieron que contar porque ya me habían contado que vendría un hermanito o hermanita y yo estaba muy ilusionada. Aparentemente ya lamenté esta pérdida.
 Cuando yo tenía cinco años mi mamá vuelve a quedar embarazada y yo vuelvo a enterarme del hecho con toda la alegría que eso traía para toda la familia. Mi mamá no pensó que le volvería a pasar lo mismo, perdió el bebé con igula tiempo de gestación que el anterior y esto ya fue un gran dolor para todos.
 Mi mami no cesaba de llorar y yo tampoco. Las dos, junto con mi papi sufrimos mucho esas dos pérdidas. Tanto que después de la última mi papá decide llevar a toda la familia, incluída mi abuelita Celia, mamá de mi mamá a su provincia y a recorrer un poco en las vacaciones de invierno, sobre todo para despejarnos, ver lindos paisajes y que se nos pase la tristeza.
 Mi tristeza había llegado al punto de no poder ver ningún bebé ni siquiera por la televisión porque enseguida lloraba. Mi mami tuvo que pedirle a las mamás de mis compañeritas de escuela que cuando nacía un hermanito de alguna no me lo dijeran a mí hasta que ella me lleve al psicólogo para que me ayude a superar estas pérdidas que me hicieron tanto mal y que hacían que yo no podía ni enterarme de un nacimiento que lloraba de manera desconsolada.
 Fue así como viajamos a La Rioja, lugar de nacimiento de mi papá y desde allí hicimos un día una excursión a Catamarca, donde recorrimos muchos lugares hermosos, entre ellos y muy especialmente la Catedral de la Virgen del Valle de Catamarca, una virgencita muy chiquita de tamaño pero sin duda grande en milagros porque mi abuelita me subió al camarín y a los costados de las paredes yo veía muchos cartelitos de metal escritos y pegados. Yo tenía siete años y ya sabía leer así es que me puse a hacerlo y me dí cuenta que todos eran agradecimientos a la Virgencita por pedidos que la gente le había hecho y que Ella les había concedido.
 Entonces pensé, esta es mi oportunidad de tener una hermanita, que a esa altura ya es lo que yo quería. Exactamente una hermanita. Así es que ni bien subí al camarín, me arrodillé frente a la imagen de la virgencita y la tuve muy enfrente a mí. Le pedí entonces con todo mi corazón y con mucha fe ya que había visto todos los agradecimientos, que por favor me mandara una hermanita, que mi mamá ya había perdido dos bebés y que le habían dicho que no podía tener más, pero que yo quería mucho tener una hermanita para que me acompañe y para amarla mucho y sobre todo para no ver tan triste a mi mami. Fue así que luego del pedido le recé un Padrenuestro y un Ave María, que me habían enseñado en mi colegio del Huerto, me persigné y bajé del escaloncito. Mi abuelita, que me había estado observando, me preguntó muy interesada en qué había hecho frente a la Virgencita que ella me vio muy ensimismada como hablándole. Le dije que le pedí que me mandara una hermanita y enseguida quise bajar a reunirme con mi mamá y mi papá.
Eso ocurrió en el mes de julio del año 1984. Volvimos a Buenos Aires, mi mami siguió haciéndose estudios pero siempre le decían lo mismo, hasta le llegaron a decir que la única manera de tener un bebé quizás podría ser de probeta y eso era muy caro y muy difícil todavía en esos tiempos. Su matriz, estaba enferma y despediría a todo bebé que se formara en ella.
 Llegó el verano y mi mamá quiso descansar un poco de tanto tratamiento y también hizo una dieta que quedó muy delgada y muy linda porque la habían hecho engordar mucho con todo lo que le habían dado para no perder los bebés.
 Tan convencida estaba que ya no podría tener otro bebé que decidió volver a trabajar. Ella siempre trabajó pero cuando yo cumplí dos añitos, dejó para cuidarme y para terminar sus estudios de abogacía y además para tener otro bebé. Como no pudo, volvió a trabajar en la misma oficina que lo había hecho antes, a mí me dio mucha pena, porque me había acostumbrado a tener a mi mami conmigo todo el día, así no me olvidaba ni una noche de seguir pidiéndole a la Virgencita que me mandara una hermanita.
 El tema es que mi mami volvió a su trabajo y pasado un mes y medio, me contó ella después, notó sorpresivamente que le daba asco el cigarrillo, luego que tenía náuseas al levantarse. Ella nos contó a todos después que decidió guardar el secreto de lo que le pasaba porque sospechaba que estaba emabarazada pero como sabía que iba a perder al bebé por lo que le habían dicho los médicos de la matriz fibromatosa, se calló la boca y por las dudas dejó de fumar. Pero no quiso ir al médico, porque sentía que se ilusionaba cuando le decían que estaba embarazada y después lo perdía y eso no era bueno para nadie, porque todos se ponían muy tristes y la que más cuidaba de que ya no sufra más por eso era a mí.
 Por este motivo mi mami recién fue al médico a los tres meses de embarazo, ella estaba casi segura pero esperaba que lo iba a perder, como no sucedía entonces se decidió y fue, pensó que a lo mejor no era que estaba embarazada sino otro problema.
 Cuando el médico la vio, la retó mucho, pobre mi mamita, porque le dijo que con sus antecedentes si estaba embarazada era un embarazo de riesgo y por lo tanto había que cuidarla mucho más. Así que directamente no le mandó análisis para confirmar sino una ecografía y le ordenó que se la hiciera con urgencia y enseguida lo fuese a ver.
 Mi mami le hizo caso esta vez y cuando se estaba haciendo la ecografía se animó a preguntarle a la médica ecógrafa si estaba embarazada, la médica le dijo que sí, con lágrimas en los ojos y mucho miedo mi mamá le preguntó si el bebé estaba bien o no, la médica le dijo que estaba muy bien, que tenía quince semanas de gestación y que era "un lindo embrioncito". La alegría de mi mamá fue inmensa, mi hermanita estaba en camino y todo había sido obra de mi pedido a la Virgencita del Valle de Catamarca, otra explicación no había.
 Imagínense la alegría de todos al conocer la noticia, aunque mi mami tardó unos días más en contármelo a mí para estar segura de que ya no lo perdería y eso es algo que yo, pobre mi mamita, se lo reproché siempre, luego de grande me dí cuenta que lo hizo para preservarme del dolor si lo perdía. Cuando me enteré lo primero que hice fue ir a mi cuarto a rezarle a la virgencita en una imagen luminosa que me había traído de Catamarca, para agradecerle el milagro otorgado.
 Y aquí cada vez que tengo oportunidad de conversar con Ella, vuelvo a hacerlo, porque veo lo importante que resultó al fin en la vida de mi mamá que haya llegado mi querida Nannyta, ella al fin terminaría siendo la compañía de mi mami, su "compañerita de vida" como ella la llama y eso es algo que me alegra mucho pero debo aclarar que Aquí me enteré que mi pedido era una de mis misiones y por eso lo hice, eso sí me dijo la Virgen que pudo otorgármelo porque yo lo hice con mucha fe y mucho amor, que es lo que Su Hijo Jesús más quiere de todos los seres humanos, fe y amor.
 Por todo esto fue muy especial la llegada de mi amada hermanita al mundo y por supuesto significó la gran alegría de toda la familia.

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